Este tipo de empresas se caracteriza por establecer unas condiciones diferentes a las estipuladas por los bancos. Si convencionalmente un préstamo se concebía como algo para poner en marcha grandes empresas, en la actualidad las páginas de crédito especializadas han puesto sobre la mesa los créditos rápidos, una modalidad de préstamo distinta para unas necesidades distintas.
¿Qué es un crédito rápido?
Los créditos rápidos son un producto financiero que, al igual que los minicréditos u otros similares, están destinados a solventar situaciones puntuales. Es por eso que la cuantía es menor que la de un préstamo convencional. No está destinado al pago de un vehículo o una vivienda, sino para cubrir gastos de emergencia, tapar agujeros, llegar a fin de mes en determinadas situaciones etcétera. Una de las principales ventajas de este tipo de producto financiero es que, a diferencia de un banco y al ser una cuantía de menor enjundia, no suele solicitarse una nómina para la concesión. Este tipo de créditos rápidos sin nómina suele oscilar entre los 50 euros y los 5000 euros y, evidentemente, como su propio nombre indica, se caracterizan por la agilidad en su concesión. A menudo las empresas que los promocionan suelen contar con diseños intuitivos que también facilitan su solicitud de manera rápida y efectiva.
Ventajas de los créditos rápidos sin nómina
En primer lugar, los créditos rápidos que no requieren nómina son en consecuencia más flexibles. Puedes estipular y negociar el plazo de devolución que puede variar en función del dinero solicitado u otros parámetros. Normalmente, este plazo suele abarcar entre la semana y los 36 meses. Estos créditos son realizados a través de Internet, mediante cualquier dispositivo con conexión sea tu ordenador portátil, de sobremesa o tu teléfono smartphone. Esto hace que se requiera una cantidad de papeleo mucho menor que si acudiéramos a una entidad bancaria. El resultado es una mayor comodidad para nosotros.
Los requisitos para solicitar este tipo de créditos son bastante sencillos y tienen como finalidad garantizar la seguridad tanto del solicitante como del concesor. Al igual que un préstamo convencional, es necesario haber cumplido la mayoría de edad y tener identificación. También es necesario residir en territorio español, tener una cuenta bancaria en la que se te pueda ingresar el dinero y contar con ingresos estables, aunque no ha de ser necesariamente, como ya se ha mencionado, una nómina. La prestación por desempleo o el cobro de una pensión son aval suficiente para recibir este tipo de créditos rápidos.
Por último, cabe destacar que este tipo de préstamos puede solicitarse a pesar de figurar en listas de morosos como la ASNEF o la Rai. Existen muchas empresas que hoy día no tienen en cuenta esta variable, y es que una deuda pasada no debería privar a un individuo de solicitar un préstamo en el futuro de manera perpetua.
En definitiva, si necesitas dinero de manera rápida para cubrir gastos eventuales los créditos rápidos sin nómina son lo que estabas buscando. Ya hemos mencionado las ventajas de este tipo de créditos frente a otros más convencionales. Sin embargo, es necesario recordar que, si estás a punto de solicitar un crédito de estas características, has de ser consciente de tu solvencia. El encadenamiento de créditos consecutivos impagados conduce a la bancarrota, algo que quieres evitar a toda costa. No solicites un crédito para pagar otro previo sino para supuestos como los que antes hemos detallado: urgencias, agujeros por casos concretos, necesidad de llegar a fin de mes cuando se está a punto de recibir un ingreso u otros similares.