Las empresas a nivel mundial están amenazadas al entrar en la red de redes. Internet ha traído globalización, conexión y ha aumentado por mil las opciones de venta, pero el sistema no es perfecto, existiendo grandes grietas en cuestión de seguridad en todo tipo de empresas que tiene presencia en el entorno digital.
Con el aumento de la ciberdelincuencia y el fraude empresarial, así como los procesos de compraventa digital se están viendo amenazados de forma nunca vista. Por todo ello, aquí se van a desgranar cuáles son esos delitos y como poder atajarlos.
En esta entrada de blog se demuestra lo que está en juego, cómo roban los ciberdelincuentes y qué se puede hacer para proteger a una empresa de estos actores maliciosos.
Las amenazas de la ciberdelincuencia
La ciberdelincuencia supone una gran amenaza para los sistemas empresariales del mundo. A medida que nos adentramos en un mundo cada vez más digital, los delincuentes encuentran nuevas formas de explotar los puntos débiles de las compañías y entidades para manipular desde contraseñas hasta las propias cuentas bancarias.
Desde tácticas de supresión de identidad hasta ataques de malware a servidores, los ciberdelincuentes están utilizando todos los trucos de su arsenal para inclinar a su favor.
Esto incluye el uso de plataformas de medios sociales como Twitter y Facebook para robar la identidad o la suplantación de las empresas.
¿Cómo se defiende el sistema de la ciberdelincuencia?
A pesar de estas amenazas que plantean los ciberdelincuentes que intentan manipular a las empresas hay medidas que pueden tomarse para proteger al sistema empresarial y financiero de injerencias externas.
Las empresas deben adoptar medidas de seguridad más estrictas en lo que respecta a las bases de datos que almacenan datos personales sensibles. También deben aplicar medidas de seguridad estrictas, como cortafuegos y software antivirus en todos los ordenadores que utilicen los empleados
Por otro lado, deben incluir la utilización de tecnologías avanzadas de encriptación, así como el despliegue de protocolos sólidos de verificación de la identidad, como la autenticación de dos factores (2FA).
Tipos de fraude empresarial
El fraude empresarial se define como cualquier engaño o tergiversación intencionados realizados con fines lucrativos por un individuo o grupo de una organización.
Hay muchos tipos diferentes de fraude empresarial, pero algunos de los más comunes son el fraude contable, el soborno, el blanqueo de dinero, el uso de información privilegiada y la evasión fiscal.
El fraude contable es quizá el tipo de fraude más conocido; incluye la falsificación de registros financieros para manipular beneficios u ocultar pérdidas.
El soborno se produce cuando alguien paga a un empleado de una empresa a cambio de información o acceso a servicios o productos.
El blanqueo de dinero consiste en disfrazar fuentes ilegales de ingresos para evitar impuestos u otras repercusiones legales.
El uso de información privilegiada se produce cuando alguien se beneficia de información confidencial que no está a disposición del público.
La evasión fiscal se produce cuando una empresa falsea deliberadamente sus ingresos para reducir su carga fiscal.
Tipos de ciberdelincuencia
La ciberdelincuencia engloba cualquier actividad delictiva que tenga lugar en Internet; incluye el robo de identidad, la piratería informática, las estafas de phishing, los ataques de ransomware, etc.
El robo de identidad es una de las formas más comunes de ciberdelincuencia; consiste en robar la información personal de alguien (como su número de la Seguridad Social) para acceder a sus finanzas o cometer otros delitos en su nombre.
El pirateo informático consiste en acceder sin autorización a un sistema informático para robar datos o interrumpir operaciones.
Las estafas de phishing consisten en enviar correos electrónicos fraudulentos que parecen legítimos para engañar a la gente y que revelen información confidencial.
Los ataques de ransomware consisten en cifrar los archivos de una víctima hasta que pague un rescate para recuperarlos, normalmente en forma de criptomoneda.
Para concluir, hay que decir que, las empresas, deben ser conscientes de que el fraude corporativo y la ciberdelincuencia son amenazas crecientes que requieren vigilancia a la hora de proteger sus activos y los datos de sus clientes frente a actores malintencionados que buscan objetivos fáciles.
