Ante la incertidumbre que se ha generado con la pandemia, se han incrementado las consultas a videntes y tarotistas, lo que a su vez, aumenta el riesgo de decepcionarse con los estafadores. Una buena decisión es decantarse por tarotistas sin gabinete con buena reputación y una experiencia comprobable.
El arte de leer y darle sentido a las cartas del tarot acompaña a la humanidad desde tiempos remotos, se habla de que se practica incluso desde antes de que se levantaran las pirámides de Egipto. Con el paso de los siglos, este fue ocupando un rol fundamental en todas las culturas de la antigüedad a través de la cartomancia, los oráculos, la videncia y otras maneras con las que aprovechar todo lo que puede aportar.
El tarot es un arte milenario que se ha mantenido en el tiempo, al punto que a día de hoy es una práctica muy habitual en personas sin distinción de clase o condición social.
Cada vez más personas se acercan a videntes o tarotistas. En muchos de los casos es por asuntos de pareja, para saber el porqué de conflictos, si hay infidelidades y cuál va a ser el futuro de una relación.
Otro de los motivos de mayor incidencia para acudir a una consulta del tarot es por el aspecto económico, y en la actualidad, mucho más con la situación mundial que se ha presentado con la pandemia del Coronavirus, que mantiene a la mayoría de los habitantes del planeta en angustia e incertidumbre.
El tarot sin gabinete, la mejor elección
La situación actual en la que no se sabe qué va a pasar, cuándo se acabará la pandemia, o qué destino laboral y económico aguardará a las personas, ha hecho que se presente un notable aumento de las consultas del tarot.
Este incremento ha traído también como consecuencia que aumente el desencanto por toparse con personas que se autodenominan tarotistas profesionales sin gabinete, pero que realmente son un fiasco, ya que no son ni clarividentes, ni saben echar las cartas del tarot. Son estafadores que pertenecen a redes de personas que se están aprovechando de la coyuntura para ganar dinero.
De hecho, las investigaciones han coincidido en que aproximadamente el 85% de quienes se autodescriben como videntes o tarotistas profesionales realmente no lo son, tan solo son personas que conocen superficialmente sobre arcanos y pueden interpretar algunas cartas al azar, pero no pueden ahondar en la relación directa que hay entre las cartas y cómo las mismas pueden afectar a quien solicita la consulta.
Un aspecto clave que asegura buenos resultados es escoger una tarotista sin gabinete con bagaje y buenas opiniones, ya que de esta manera, se puede tener una relación más directa y sin intermediarios entre el profesional y el consultante.
Cuando se habla de gabinete, se refiere a un negocio en el que varios videntes trabajan juntos, bien por su cuenta o para una empresa que se dedica a gestionar este servicio. La atención se presenta a través de algo parecido a un ‘call center’, a través del cual el cliente es atendido por un operador que le dirigirá al vidente que esté disponible. Esto, lógicamente, encarece el coste de la llamada y automatizará un servicio que debe ser cercano y atento entre el consultante y el vidente en cuestión.
El tarot sin gabinete es aquel en el que un vidente o tarotista trabaja solo, es decir, ha decidido establecerse por cuenta propia, por lo tanto atenderá directamente a quien solicite la consulta.
Entre sus principales ventajas está precisamente el hecho de que cada vez que se le consulte atenderá el mismo profesional. Esto tiene sentido, ya que el cliente tendrá un trato más cercano, se tendrá conocimiento sobre cómo presta el servicio y el vidente conocerá a su consultante y contará con toda la información para disponer de una respuesta satisfactoria y completa.
En este contexto, se podrá incluso establecer una relación de confianza y con carácter personal, lo que será el entorno propicio para que el profesional pueda acertar sobre lo que deparará el futuro del consultante y podrá darle los mejores consejos para que tome las decisiones correctas.
Otra de las ventajas, es que al no existir un call center, el vidente tendrá una mejor concentración para enfocarse mejor en lo que el consultante necesita.
¿Cómo reconocer a un verdadero profesional?
Ante la existencia comprobada de charlatanería relacionada con la videncia y el tarot, cabe siempre esta pregunta, ¿cómo reconocer a una verdadera vidente o tarotista? Existen muchos aspectos esenciales que se deben valorar para escoger la más indicada.
Un aspecto importante es ahondar en la experiencia y trayectoria que tienen las tarotistas o videntes, esto se puede determinar en la reputación que se hayan ganado por sus aciertos.
Otro aspecto que permite reconocer a una vidente natural o a una tarotista experimentada, es que una verdadera profesional no juzgará nunca a su consultante, sea el que sea el planteamiento o circunstancia que éste haya expresado. A esto se vincula el respeto que debe tener todo vidente o tarotista para quien acude a él a pedirle ayuda. Y es que el don que tiene es una herramienta para ayudar al prójimo.
También es importante tener en cuenta que un verdadero tarotista o vidente no hará muchas preguntas. Cuando esto ocurre, se estará ante la presencia de un charlatán, que con tantas preguntas lo que quiere es conocer cosas del consultante, para luego disfrazar que está adivinando algo.
Un vidente verdadero no necesita preguntar, sino que canalizará las energías que la persona tiene para luego lograr conectarse en otro plano, lo que le permitirá obtener las señales y visiones que requiere. A este nivel de predicción solo llegan quienes se han convertido en expertos con los años para tener control sobre su don.
Por último, es necesario señalar que estos profesionales ponen al servicio su talento natural, o aprendido en el caso de la lectura del tarot, como una vocación; sin embargo, para nadie es un secreto que hay que subsistir, por lo que deben cobrar por su trabajo y servicio. Las videntes o tarotistas profesionales de verdad, siempre tendrán tarifas justas y asequibles, ya que su interés primordial es ayudar.