El reflujo gastroesofágico (RGE) es una afección común que afecta a una parte significativa de la población mundial.
Se caracteriza por el retorno del contenido gástrico al esófago, provocando una serie de síntomas que pueden variar en intensidad y frecuencia.
Aunque muchas personas experimentan episodios ocasionales de reflujo, es fundamental reconocer cuándo estos síntomas indican una condición más grave que requiere la intervención de un medico especialista en reflujo gastroesofagico.
En este artículo, exploraremos los síntomas del RGE, identificaremos cuándo es aconsejable buscar atención médica, analizaremos las diferencias entre el tratamiento proporcionado por un gastroenterólogo y un cirujano especializado, y describiremos las opciones de diagnóstico y pruebas médicas utilizadas en la evaluación del RGE.
Síntomas del reflujo gastroesofágico y cuándo es recomendable buscar atención médica
Lo primero que debes comprender son los síntomas del RGE, estos pueden variar desde leves hasta severos y afectar significativamente la calidad de vida de una persona. Los más comunes incluyen:
- Pirosis (acidez): Sensación de ardor o quemazón en el esófago, justo debajo del esternón, que puede irradiarse hacia el cuello, la garganta o el ángulo de la mandíbula. Este síntoma es causado por la regurgitación de jugo gástrico y es uno de los más característicos del RGE.
- Regurgitación ácida: Retorno del contenido gástrico hacia la boca, dejando un sabor amargo o ácido. Este fenómeno ocurre cuando el esfínter esofágico inferior no funciona correctamente, permitiendo que los ácidos del estómago suban al esófago.
- Dolor torácico: Dolor en el pecho que puede confundirse con problemas cardíacos. Es esencial diferenciar este dolor del originado por afecciones cardíacas, debido a que el tratamiento es distinto.
- Disfagia: Dificultad para tragar alimentos sólidos o líquidos, suele indicar una inflamación o estrechamiento del esófago debido al daño causado por el ácido gástrico.
- Odinofagia: Dolor al tragar, siendo señal de una esofagitis erosiva o la presencia de úlceras esofágicas.
- Tos crónica y síntomas respiratorios: El reflujo puede provocar tos persistente, laringitis, faringitis e incluso crisis de broncoespasmo similares a las del asma. Estos síntomas se deben a la irritación de las vías respiratorias por el ácido gástrico.
Es aconsejable buscar atención médica en las siguientes situaciones
- Síntomas frecuentes o persistentes: Si los síntomas ocurren más de dos veces por semana o persisten durante varias semanas, es recomendable consultar a un medico especialista en reflujo gastroesofagico para una evaluación adecuada.
- Síntomas nocturnos: La aparición de síntomas durante la noche que interrumpen el sueño indica un RGE más severo que requiere intervención médica.
- Síntomas atípicos: Manifestaciones como tos crónica, ronquera, dolor de garganta recurrente o síntomas similares al asma pueden estar relacionadas con el RGE y deben ser evaluadas por un profesional de la salud.
- Signos de alarma: Síntomas como pérdida de peso inexplicada, sangrado gastrointestinal, anemia, vómitos recurrentes o dificultad significativa para tragar requieren una evaluación médica inmediata para descartar complicaciones graves.
Diferencias entre el tratamiento con un gastroenterólogo y un cirujano especializado
El manejo del RGE puede involucrar a diferentes especialista en reflujo gastroesofagico, dependiendo de la gravedad de la afección y la respuesta al tratamiento inicial.
En el caso del gastroenterólogo, es un médico especializado en el sistema digestivo que se encarga del diagnóstico y manejo no quirúrgico del RGE. Las intervenciones que puede ofrecer incluyen:
- Modificaciones en el estilo de vida: Recomendaciones como evitar alimentos que desencadenan los síntomas, tal como el café, chocolate, alimentos grasos, bebidas alcohólicas, no acostarse inmediatamente después de comer, perder peso si es necesario y elevar la cabecera de la cama durante el sueño.
- Terapia farmacológica: Prescripción de medicamentos que reducen la producción de ácido gástrico, como los inhibidores de la bomba de protones como omeprazol y esomeprazol o los antagonistas de los receptores H2 como ranitidina y famotidina. Estos medicamentos ayudan a aliviar los síntomas y permiten la cicatrización de la mucosa esofágica dañada.
- Monitoreo y seguimiento: Evaluación regular de la respuesta al tratamiento y ajuste de las estrategias terapéuticas según la evolución de la enfermedad.
Por otro lado, un cirujano general o torácico con experiencia en procedimientos esofágicos interviene cuando el tratamiento médico no ha logrado controlar los síntomas o cuando existen complicaciones del RGE, como esofagitis severa, estenosis esofágica, esófago de Barrett o preferencia del paciente por una solución definitiva.
Las intervenciones quirúrgicas pueden incluir:
- Funduplicatura de Nissen: Procedimiento en el cual la parte superior del estómago se envuelve alrededor del esófago inferior para reforzar el esfínter esofágico inferior y prevenir el reflujo. Esta técnica puede realizarse por vía laparoscópica, reduciendo el tiempo de recuperación y las complicaciones postoperatorias.
- Implante de dispositivos antirreflujo: Técnicas más recientes, como el implante de dispositivos que restauran la función del esfínter esofágico inferior, ofrecen alternativas menos invasivas con buenos resultados en el control del RGE.
La elección entre tratamiento médico o quirúrgico depende de múltiples factores, incluyendo la severidad de los síntomas, la respuesta al tratamiento farmacológico, la presencia de complicaciones y las preferencias del paciente.
Por ello, es fundamental acudir a un medico especialista en reflujo gastroesofagico en el momento indicado.