Dar el paso de solicitar la incapacidad de un familiar es una decisión bastante dura y es necesario que se sea consciente del alcance que tiene, ya que en este proceso toda la familia está implicada y es importante velar por el bienestar de la persona incapacitada en cuestión. A lo largo de este artículo se muestran algunos datos aclaratorios en el camino de la incapacitación judicial de una persona.
En primer lugar, los trámites que hay que llevar a cabo para conseguir la incapacitación son bastante complejos y es importante acudir a un despacho de abogados especializados en materia que puedan proporcionar un asesoramiento de confianza para afrontar el proceso de la mejor forma posible, por lo que la figura del abogado especialista en incapacitaciones judiciales es imprescindible a la hora de la gestión y tramitación de la solicitud.
Para aquellos que no poseen mucho conocimiento en materia es preciso saber que la incapacitación judicial es un proceso jurídico que se produce en los casos en los que una persona no puede valerse por sí misma, buscando la protección de sus intereses patrimoniales y personales. Existen muchos motivos que provocan esta situación, desde personas que cuentan con algún tipo de deficiencia física o psíquica o que estén enferma.
Algunas de las enfermedades asociadas a la incapacitación sería el Alzheimer, la demencia senil o la esquizofrenia, al igual que los casos en los que se sufre de un trastorno bipolar o una depresión. También podría considerarse aquellas personas síndrome de Down, aunque en esta casuística es preciso estudiar con mucho detenimiento cada caso y el grado con el que cuenta la persona, ya que la mayoría de personas con síndrome de Down no están incapacitadas.
Más información sobre la incapacitación judicial
A la hora de solicitar este tipo de incapacitación es necesario que la persona discapacitada en cuestión reúna una serie de requisitos básicos como sería la permanencia de la deficiencia o enfermedad que sufre o la inexistencia de la posibilidad de que se valga por sí sola.
Por supuesto, existen diversos grados de incapacitación y esto se tendrá en cuenta a la hora de valorar la incapacitación judicial, la persona puede sufrir una incapacidad parcial (en cuyo caso hablamos de curatela como figura legal y en esta ocasión la persona requiere un nivel de protección sobre sus decisiones menor) o una incapacidad total (en estas situaciones la persona cuenta con una capacidad nula de autogobierno en su día a día, por lo que precisa de una tutela).
El tutor ha de ser mayor de edad, gozando de todas sus capacidades mentales, quedando excluidos aquellos que se encuentren en una situación de concurso de acreedores o que hayan cometido algún delito a lo largo de su vida.
¿Cómo solicitar la incapacidad judicial?
El procedimiento de incapacidad ha de presentarse ante los tribunales y es necesario interponer una demanda en la que se realiza la petición de incapacitación y el motivo, indicando la persona o personas que van a desempeñar el papel de tutor o que se han cargo de la curatela de la persona de la que se solicita la incapacidad judicial.
Tal y como se ha indicado con anterioridad, el proceso es complejo y contar con la ayuda de profesionales es indispensable para que gestionen todos los trámites asegurando el éxito de la petición de incapacitación para tranquilidad de la familia.
Contando con Gines Riquelme, abogados de familia en Murcia, se dispondrá de todos los servicios necesarios para comenzar con el proceso de solicitud de incapacitación, siempre de la mano de abogados que cuentan con una amplia experiencia en esta rama que le proporcionarán un asesoramiento completo sobre los pasos necesarios a seguir en su petición.
En Gines Riquelme están a disposición de los usuarios, independientemente de que la solicitud de incapacitación judicial será para personas mayores, personas dependientes o personas con discapacidad, la confianza en su saber hacer es plena.