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Alfombras de exterior resistentes al agua: a disfrutar del jardín o terraza

Cuando llega el verano (y según en que zona de España incluso antes, y también mucho después) nos encanta disfrutar del aire libre en nuestros jardines, porches y terrazas.

Y para crear un espacio agradable donde reunirnos y pasar el tiempo, además del mobiliario necesitaremos una alfombra de exterior resistente al agua.

Porque, aunque sea una obviedad decirlo, para el aire libre no sirve cualquier alfombra. Porque entre otras cosas, ha de ser una alfombra que se pueda mojar sin deteriorarse.

La intemperie con buen tiempo es tan agradecida para nosotros los seres humanos como exigente para los materiales y objetos a los que les pedimos que nos acompañen.

Una alfombra de exterior sufrirá las inclemencias de los elementos: el frío, el calor, los rayos UVA del sol, y sobre todo, el agua.

Primer requisito de una alfombra de exterior: ser resistente al agua

Es evidente que una alfombra que no sea impermeable, es decir, que absorba el agua y sea receptiva a la humedad nos servirá menos para el exterior que una nevera en un iglú.

Una alfombra resistente al agua, en cambio, nos abrirá la llave de la decoración de exteriores. Porque, reconozcámoslo, nuestro rinconcito del jardín o la terraza no será igual de acogedor sin una alfombra de exterior.

La necesidad de resistir el agua tiene dos vertientes: por un lado, evitamos que la alfombra se encharque o se empape. Eso la hace más fea, pesada e incómoda de pisar.

Pero es que además un material que no rechace la humedad puede crear mohos y se acabaría pudriendo, lo cual obviamente no queremos.

Vinilo, polipropileno, los materiales inertes y sintéticos para alfombras resistentes al agua

Por eso necesitamos alfombras que no solo no absorban el agua sino que sean inertes a la proliferación de humedades de todo tipo.

Gracias a dios hoy en día hay en el mercado muchos materiales sintéticos que nos facilitan la vida y que nos permiten tener alfombras de exterior a las que el agua, literalmente, le resbala.

Las alfombras de polipropileno son uno de los grandes hallazgos en cuanto a esto. Son alfombras con apariencia normal, que cuando las ves no piensas que tengan superpoderes.

Pero son capaces de ser tan bonitas y cálidas como las alfombras orgánicas (por eso se les llama también ‘sisal sintético’) mientras que no sufren las inclemencias de la intemperie gracias a su composición impermeable y súper resistente.

Materiales del tipo vinilo, PVC o polipropileno en sus diferentes variantes son las opciones más obvias para una alfombra de exterior, que no solo resistirá al agua, sino también otras cosas importantes, como los rayos UVA, para evitar que el sol se coma los colores.

Tanto las alfombras vinílicas, más finas, con base de goma y apariencia más moderna, como las de polipropileno, con sus texturas y colores infinitamente variados, nos garantizan una enorme resistencia al agua y al trote duro, y una facilidad de limpieza tan sencilla como pasarle a la alfombra, directamente, una manguera. ¿Hay quién dé más?

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