A veces, la vida puede parecer una montaña rusa. No puedes controlar a dónde vas, pero puedes aprender a disfrutar del viaje. En un nivel mental y emocional, esto es la resiliencia.
Como mejorar la resiliencia
Hay subidas de gran esfuerzo, caídas de infarto y tramos tranquilos de raíles rectos entre medias. Para superar sin problemas todas estas etapas, la resiliencia mental es fundamental.
En el artículo de esta semana, descubra qué significa la resiliencia desde una perspectiva psicológica, los beneficios de desarrollar una buena resiliencia mental, ejemplos de resiliencia en juego y cómo desarrollar la suya propia.
¿Qué es la resiliencia?
La resiliencia, también conocida como resiliencia mental o resiliencia psicológica, es la capacidad de regular los procesos mentales y los comportamientos ante la adversidad. Quien tiene una buena resiliencia mental puede enfrentarse racionalmente a situaciones difíciles, estresantes o sorprendentes.
La clave de la resiliencia es procesar cualquier situación que se le presente mientras se protege de los posibles efectos negativos de la misma. Esto no significa ocultar o embotellar las emociones, sino mirar hacia dentro, regular las emociones y luego manejar la situación con calma y lógica.
Ejemplos de formas de desarrollar la resiliencia en la vida y en el trabajo:
- Establecer buenas relaciones con la familia, los amigos y los compañeros de trabajo
- Participar activamente en la comunidad
- Tratar los problemas como un proceso de aprendizaje
- Considerar el cambio como parte de la vida
- Reconocer cuando no se tiene control sobre un acontecimiento de la vida
- Celebrar los logros, por pequeños que sean.
- Centrarse en las cosas buenas que surgen en el camino
- Desarrollar objetivos realistas en el trabajo y en la vida
- Adoptar activamente una visión positiva de uno mismo
- Mantener una perspectiva realista ante cualquier cosa que se presente
- Practicar el optimismo y los pensamientos positivos
¿Es la resiliencia el nuevo cuidado personal?
Todos somos capaces de desarrollar nuestra resiliencia, y como muchas otras prácticas de bienestar mental, tiende a construirse a través de un entrenamiento proactivo, en lugar de la simple experiencia.
La resiliencia puede lograrse mediante el desarrollo de capacidades psicológicas y conductuales que permitan mantener la calma durante las crisis y, posteriormente, seguir adelante sin consecuencias negativas.
Según la organización benéfica de salud mental, la resiliencia se basa en tres factores:
- Bienestar: cómo nos sentimos y cómo podemos afrontar el día a día
- Conexiones sociales: conexión con otras personas que están en una situación similar
- Formas de afrontamiento: Entrenamiento y tratamientos psicológicos
Se recomienda adoptar un enfoque proactivo para cuidar de la salud mental, lo que le ayudará en la vida y en el trabajo. Para la resiliencia mental, puedes potenciar los tres factores de la siguiente manera:
El bienestar: Únete a la Comunidad Calmer para controlar regularmente su salud mental
Conexiones sociales: Únete al foro de profesionales de Calmer o acuda a nuestros eventos para conocer a personas con ideas afines.
Aunque no se habla tanto de la resiliencia como del autocuidado, la atención plena o la prevención del agotamiento, desempeña un papel importante en el apoyo al bienestar mental y puede proporcionar una vía alternativa y proactiva para la gestión del estrés, en lugar de reducirlo una vez que se experimenta.