La mostaza dulce es un aderezo con gran variedad de aplicaciones en la cocina. Sirve para cosas tan sencillas como untar un pan, así como para marinar los mejores cortes de carne. Es un ingrediente que simplemente no puede faltar en el estante de la cocina.
¿A quién no le encanta la mostaza? Este condimento tan delicioso es perfecto para cualquier momento del día: en la mañana para acompañar un sándwich, en el almuerzo para la ensalada, o en la cena para marinar un buen plato de carne. La mostaza nunca sobra, siempre es un buen añadido para todas las comidas.
La mostaza dulce es una variante que cada vez se hace más popular, pues tiene un sabor distintivo más suave y dulce que encanta a todos. Es recomendable para quienes no les agrada tanto ese toque picante y agrio de la mostaza tradicional, además que tiene una textura más fina y cremosa, ideal para untar en panes. De igual forma, sirve para darle base a otras salsas más complejas.
En el mercado se pueden encontrar diversos tipos de mostazas dulces, todas con un nivel de dulzura que varía dependiendo de la presentación. Lo ideal es probar y combinarlas con los platos preferidos, hasta encontrar esa con el toque dulce exacto que complazca al paladar, y así empezar a tenerla en la despensa como ingrediente indispensable.
Tipos de mostaza dulce
Entre las variedades de mostaza dulce que existen, tres de las más utilizadas son las siguientes:
- Mostaza de miel: como su nombre lo indica, tiene la miel como ingrediente principal. Es una presentación suave y dulce, con un sabor ligeramente afrutado producto de la miel, y suele tener una textura más cremosa en comparación con la mostaza tradicional.
- Mostaza de cebolla caramelizada: mezcla el sabor dulce con un toque de sal, proveniente de la cebolla caramelizada que se usa en la preparación. Al igual que la mostaza de miel, tiene una textura bastante cremosa, pero su dulzura es un poco menor.
- Mostaza de frutas: esta mostaza dulce se elabora con diferentes frutas, como puede ser la manzana, el melocotón o el mango, dándole ese toque dulce y afrutado que tanto encanta. No es igual de dulce que la mostaza de miel, y tampoco es tan cremosa.
Usos de la mostaza dulce
La mostaza dulce se diferencia de la tradicional por ser más versátil, pues su sabor dulce, que le resta lo amargo, combina mejor con varios tipos de platos. La prueba más grande de esto es en las salsas para carnes: al mezclarla con miel, vinagre balsámico y aceite de oliva se obtiene una salsa deliciosa ideal para untar en el pollo. Para las hamburguesas, la mejor salsa de mostaza dulce se consigue al mezclarla con yogur griego y ajo.
Otra manera de aprovechar la mostaza dulce en las carnes es para marinar. La carne obtiene una textura suave y dulce mientras se marina, siendo perfecta para los que les gusta este tipo de sabor. Asimismo, se puede glasear la carne al mezclar la mostaza con miel, salsa de soja y jengibre fresco, formando una fina capa brillante y deliciosa en la superficie.
No se puede dejar de lado la ensalada. Todo buen aderezo para ensaladas tiene que incluir mostaza, y si se habla de la mostaza dulce, el mejor aderezo se puede conseguir al mezclarla con aceite de oliva, vinagre vino tinto y miel. La vinagreta resultante es dulce con un toque picante, una combinación diferente, pero interesante que vale la pena probar.
La mostaza dulce, además, es perfecta para untar en todo tipo de sándwiches. El popular sándwich Monte Cristo es muy popular en Estados Unidos, y la salsa tiene como base la deliciosa mostaza dulce. Otros tipos de sándwiches que se benefician al untar mostaza son el sándwich de roast beef con rúcula y mostaza dulce, o el ya clásico sándwich de jamón y queso.