¿Cansado de jugar siempre lo mismo? Te entendemos, a veces necesitamos un juego en los que no necesitamos pensar, pero hay días en el que queremos que nuestra capacidad mental sea desafiada, aunque sólo sea por un rato. Y estos son los juegos capaces de hacer eso, ya sea ajedrez, sudoku o hasta el blackjack en directo, prepárate para trabajar el cerebro.
Ajedrez
Empecemos con un clásico, el ajedrez. Este juego ha existido durante siglos y es fácil ver por qué, las reglas son sencillas pero el modo de juego no lo es. Tienes que pensar en el futuro, planificar tus movimientos e intentar predecir lo que hará tu oponente.
La práctica permite desarrollar la capacidad de concentración, mejorar la capacidad analítica y lógica y potenciar otros procesos de cálculo. También aumenta la capacidad de toma de decisiones, así como la estrategia y el juicio.
Sudoku
Al igual que el ajedrez, el sudoku es un juego que requiere paciencia y concentración. El objetivo es rellenar las casillas vacías con números del 1 al 9, siguiendo unas sencillas reglas. Cada fila, columna y casilla de 3×3 debe contener sólo uno de cada número.
Tus habilidades en el Sudoku mejorarán a medida que aprendas a detectar patrones y relaciones entre los números, también desarrollarás tu capacidad para resolver problemas.
Blackjack
El blackjack es un juego de cartas con reglas sencillas, pero no es fácil de ganar. El objetivo es acercarse lo más posible a 21, si superas este número, perderás.
En el blackjack hay que tomar decisiones rápidamente, pero también hay que pensar qué cartas se han jugado ya y cuáles están todavía en la baraja. Este juego requiere tanto suerte como habilidad, y es una forma estupenda de poner a prueba tu capacidad de pensar bajo presión.
Rompecabezas
Los juegos de rompecabezas son una forma estupenda de entrenar el cerebro, cuando se practican, se utiliza el razonamiento, la atención, la memoria y la lógica al mismo tiempo. También aumentan la actividad mental, mejoran la memoria a corto plazo e incluso la reserva cognitiva.
Dominó
Este es un juego al que muchos de nosotros jugamos de pequeños, pero también puede ser una buena forma de ejercitar el cerebro. El objetivo es hacer coincidir los números de las fichas de dominó y deshacerte de todas tus piezas antes de que lo haga tu oponente.
Para jugar al dominó hay que tener paciencia, ser capaz de pensar estratégicamente y tener buena memoria para llevar un inventario de las fichas que se han jugado, cuales tienen tus oponentes y equipo, para poder hacer los mejores movimientos posibles.
Solitario
El solitario es un juego que se juega solo, pero sigue siendo una buena forma de entrenar el cerebro. El objetivo es colocar las cartas en el orden correcto, del As al Rey.
Este juego requiere paciencia y concentración, también desarrolla la capacidad de resolver problemas y el razonamiento lógico. También será beneficioso en otras áreas, como la autonomía y la tolerancia a la frustración, por nombrar algunas.
Laberintos
Los laberintos son un juego clásico que se puede encontrar en muchas formas diferentes, desde libros hasta aplicaciones. El objetivo es encontrar la salida, pero no es tan fácil como parece.
Los laberintos ayudan a mejorar la capacidad de resolver problemas, la percepción espacial y la atención a los detalles. También desarrollan la paciencia y la perseverancia, dos cualidades muy importantes a la hora de enfrentarse a situaciones difíciles.
Un laberinto nos inspirará para buscar una solución. Tendremos que idear soluciones innovadoras y seguir buscando hasta encontrarla.
Videojuegos
Hoy en día hay muchos videojuegos que pueden ayudar a mejorar nuestras habilidades cognitivas. Según estudios científicos, pueden ser una poderosa herramienta para trabajar el cerebro. Nos permiten emitir juicios rápidos y eficaces, desarrollar el pensamiento estratégico y resolver problemas en condiciones de incertidumbre.
Sin embargo, esto no quiere decir que cualquier videojuego sirva. Deben ser juegos que te animen a resolver problemas de forma más innovadora y más rápidos que en la vida real. Se ha demostrado que el Tetris, por ejemplo, mejora el rendimiento cognitivo al forzar al cerebro a pensar a una mayor velocidad.





