La primera encuesta sobre sexo realizada por la Fundación Británica del Corazón en enero de 2014 a 1.932 personas de entre 55 y 74 años con enfermedades del corazón, infarto y angina de pecho, reveló que 3 de cada 4 personas afirmaron que su enfermedad cardíaca había afectado a su vida sexual.
De los que se habían visto afectados, el 32% dijo que tenía relaciones sexuales con menos frecuencia y el 19% dijo que había dejado de tenerlas por completo.
El principal problema citado era la disfunción eréctil, que afectaba al 70% de los hombres, de los cuales el 46% pensaba que estaba causada por los efectos secundarios de su medicación. El 36% pensaba que era una combinación de la medicación y su enfermedad y el 18% sólo pensaba que era consecuencia de su enfermedad cardíaca.
La pérdida de la libido también fue una de las principales razones para no tener sexo o tener menos sexo. Esto afectó al 55% de las mujeres y al 44% de los hombres, respectivamente. Una vez más, la razón más común dada para esto fue la medicación.
Según los estudios realizados la principal causa de disfunción sexual para la mayoría de las personas con enfermedades cardíacas es su enfermedad y no su medicación: aunque algunos fármacos pueden afectar a la función sexual. Se puede cambiar la medicación o tomar otros fármacos para combatir el problema. Nunca deje de tomar la medicación, pero hable con su médico de cabecera sobre su régimen farmacológico.
La disfunción eréctil suele ser un signo de advertencia de una enfermedad cardíaca. La dificultad para conseguir o mantener una erección suele estar causada por el estrés, la ansiedad o el consumo excesivo de alcohol.
También puede ser un síntoma subyacente de aterosclerosis (estrechamiento de las arterias), diabetes o hipertensión (presión arterial alta). Cuando un hombre se excita, los vasos sanguíneos que llevan la sangre al pene se dilatan, lo que permite un aumento del flujo y hace que el pene se ponga erecto.
Si estas arterias se estrechan a causa de una enfermedad, el flujo sanguíneo es limitado y, por lo tanto, el hombre es incapaz de conseguir o mantener una erección.
Existen varios fármacos que pueden aliviar algunos de los problemas y puede hablar de ello con su médico de cabecera. El uso de una bomba de vacío para el pene también puede ser eficaz, pero requiere un poco de práctica para acostumbrarse.
Sexo después de un infarto
Tras un infarto, muchas personas tienen miedo de mantener relaciones sexuales por temor a sufrir otro, especialmente las mujeres. Los estudios demuestran que el riesgo de sufrir otro infarto durante las relaciones sexuales es mínimo.
La cantidad de energía que se ejerce al subir dos tramos de escaleras es similar a la que se emplea al mantener relaciones sexuales, por lo que si se pueden subir dos tramos de escaleras sin quedarse sin aliento, el sexo debería estar bien.
Es importante que los doctores aseguren a los pacientes que no deben preocuparse por reanudar su juego sexual normal
Algunas personas se resignan a no volver a tener relaciones sexuales y se limitan a sentir que tienen suerte de tenerse el uno al otro y de haber sobrevivido al infarto. A muchos compañeros les preocupa hacer daño a su pareja si mantienen relaciones sexuales y evitan hacer cualquier intento, lo que refuerza la sensación de que la persona con la cardiopatía es rechazada.
A algunos participantes les preocupa que su pareja busque sexo en otra parte si no son capaces de hacerlo, aumentando así sus sentimientos de ansiedad.
Lamentablemente, la encuesta reveló que un número significativo de hombres (26%) y mujeres (44%) nunca habían hablado de sus problemas con nadie. La disponibilidad de fármacos para combatir la disfunción eréctil hizo que los hombres fueran más propensos a buscar ayuda y a hablar de sus problemas con su médico de cabecera, mientras que las mujeres sentían que sólo tenían que sufrir en silencio.
Muchas de las personas que participaron en la encuesta dijeron que sus problemas se aliviaron al hablar con alguien sobre ellos, lo que demuestra que hablar de los problemas sexuales es realmente importante después de haber sufrido un infarto o una angina de pecho.
Reanudar las relaciones sexuales debería formar parte de la rehabilitación cardíaca, pero no siempre es así, ya que algunos profesionales sanitarios se sienten incómodos al hablar de ello o no consideran que el paciente tenga vida sexual debido a su edad.
Muchas personas se sienten demasiado avergonzadas para plantear el tema y muchos profesionales sanitarios también tienen dificultades para hablar de sexo.
El sexo es una parte importante de nuestras vidas y nadie debería dejar de practicarlo porque haya sufrido un infarto o una angina de pecho. Hay formas de seguir disfrutando de la vida sexual introduciendo algunos cambios sencillos en la forma de hacerlo.
Hable con su pareja
Es importante que las personas cuenten a su pareja cómo se sienten después de sufrir un infarto o cuando tienen una enfermedad cardíaca para ayudarles a entender sus temores. Hablar de cómo se siente y de lo que le gustaría probar o evitar puede ayudar a ambos a superar la ansiedad.