Chica haciendo yoga

Auge de los entrenamientos físicos online


Las circunstancias de los últimos meses han obligado a cambiar muchas de nuestras rutinas, algunas de ellas con un importante peso específico en nuestras vidas. La primera que nos viene a la cabeza es la del teletrabajo, algo que se ha visto afectado en muchos casos particulares y que se ha generalizado en un sinfín de empresas. Pero la forma de trabajar no es la única que ha cambiado: el ejercicio físico online ha visto como se disparaba su número de usuarios.

El deporte virtual gana adeptos

Entre las opciones más utilizadas están, tanto la posibilidad de descargarse tablas de ejercicios o ver tutoriales en YouTube, como los entrenadores personales que imparten clases, ya sean individuales o para grupos, vía Zoom o Skype. Y, por supuesto, se dan en una gran variedad de modalidades: Crossfit, Yoga, Pilates, etc.  

Si nos fijamos en las cifras, entre abril y junio del año pasado hubo un incremento de casi un 140% respecto del año anterior, con un mercado que se calcula de unos de 241 millones de euros. Evidentemente, dadas las circunstancias, muchos se vieron abocados a esta posibilidad que, tal vez, no hubiesen elegido en otro contexto; pero bien es cierto que, tras descubrir sus bondades, algunos van a continuar apostando por esta opción.

Mujer en postura de yoga

El sector del entrenamiento físico no es, obviamente, el primero que descubre las bondades del mundo virtual. Otros modelos de negocio ya se encuentran, desde hace tiempo, utilizando las nuevas tecnologías para acercar sus servicios al consumidor, y sus ventajas son percibidas y apreciadas por los usuarios, ya sea en términos de comodidad, ahorro, disponibilidad, abanico de opciones, etc. Así pues, lo novedoso no se encuentra en descubrir el nicho de mercado, sino tal vez en la recepción que los clientes están teniendo ante esta modalidad. En un mundo en el que los ciudadanos aprovechan, cada vez más, las tecnologías de la información para la mayoría de sus necesidades, no es sorprendente que otro ámbito, como es el deporte, encuentre su espacio y quiera sacar partido de ello.

Algunas desventajas

Lógicamente, no todo son ventajas. En primer lugar, no todo el mundo está capacitado para enseñar / entrenar y, sin embargo, han proliferado lo que algunos llaman “los gurús del deporte” que, con escasos conocimientos, imparten clases o dan consejos deportivos, con el consecuente riesgo para los consumidores. Es, por tanto, importante filtrar las fuentes y acudir a verdaderos entrenadores o entidades que nos ofrezcan un mínimo de seguridad.

Entre las consecuencias de acudir a fuentes poco fiables o de no seguir las indicaciones adecuadamente de los buenos profesionales se encuentran las temidas lesiones, que han aumentado sensiblemente desde que se han popularizado los entrenamientos en casa. Habitualmente se trata de lesiones leves, pero molestas y que pueden empeorar si no le ponemos remedio de la mano de un especialista. Claramente, en este aspecto, no es lo mismo que un entrenador pueda monitorizar de cerca cómo ejecutamos un ejercicio o si estamos calentando adecuadamente, que si nos encontramos dentro de un grupo mediante una pantalla.  

Otro aspecto a tener en cuenta es que el factor socialización (que tiene más importancia de la que creemos en este tipo de actividades) se reduce notablemente, al no poder estar físicamente con otras personas. También es cierto que el nivel de desempeño puede verse afectado al no tener cerca un entrenador que nos exija, presencialmente, más según nuestros límites.

Los puntos positivos

Pese a estas objeciones, si acudimos a profesionales responsables y seguimos adecuadamente sus instrucciones, el entrenamiento virtual engloba importantes ventajas, más allá de haber sido la única opción posible durante un periodo largo de tiempo. Por un lado, su accesibilidad sin la necesidad de desplazarse, por otro, la flexibilidad que puede ofrecernos y que permite que lo podamos compaginar con nuestra, muchas veces llena, agenda. También su precio puede ser más asequible que en las opciones presenciales. Además, no siempre tenemos que elegir una alternativa u otra: es posible practicarlo unos días (o épocas) de una forma y otros de otra, sacando lo mejor de cada una de las posibilidades.

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