Todo el mundo debería preocuparse por hacer ejercicio, independientemente del tipo de actividad física que sea. Esto es para beneficiar la salud corporal y mental. Sin embargo, cuando se trata de tonicidad muscular, para personas mayores o quienes no hacen deportes porque les molesta sudar, los ejercicios acuáticos son la opción ideal y producirá resultados aún mejores.
Cualquier persona puede realizar este ejercicio físicamente seguro. Desde los niños pequeños hasta los adultos mayores de 60 años. Con él se puede tratar eficazmente cualquier tipo de daño que requiera terapia.
Además, debido a la resistencia creada por el volumen y la densidad del agua, cualquier ejercicio realizado en el agua exige un mayor esfuerzo aunque este no se note a simple vista. Para elegir una rutina física de esta naturaleza hay que acudir a un gimnasio con alberca y recibir todas estas ventajas para la salud mental y corporal.
Actividad física de bajo impacto
Según el concepto o principio de Arquímedes, estar en el agua hace más “ligeros” a los cuerpos sumergidos. Esto disminuye el impacto sobre el organismo. Los músculos y articulaciones no se esfuerzan tanto en comparación con hacer las mismas acciones en el suelo.
Por ello, los ejercicios acuáticos y otros tipos de entrenamiento de hidroterapia de bajo impacto son especialmente excelentes para las personas que sufren molestias en las articulaciones u otros problemas corporales degenerativos.
Estos son ideales para quienes desean comenzar una rutina de ejercicios que no requiera mucho esfuerzo. También es el mejor para personas mayores o para quienes se recuperan de accidentes y desean mejorar su capacidad muscular.
Mejora la salud cardiovascular
El ejercicio acuático frecuente puede ayudar a fortalecer el corazón y el sistema cardiovascular. Esto sucede porque la presión y resistencia que ofrece el agua favorece una circulación sanguínea más eficaz.
Incluso se ha demostrado que el ejercicio en el agua ayuda a reducir la presión arterial alta y sirve como primer paso a las personas sedentarias para que asuman otras rutinas más exigentes.
Mejora la flexibilidad y el equilibrio
El peso corporal de alguien que hace ejercicios acuáticos es soportado por el agua, lo que amplía el rango de movimiento de las articulaciones. El resultado es un aumento constante del nivel de flexibilidad.
Asimismo, los expertos afirman que, como el peso del cuerpo se distribuye más uniformemente en el agua durante el ejercicio, la estabilidad postural aumenta y el equilibrio mejora sustancialmente.
Más seguridad
Además de los daños que pueden derivarse de una mala postura al hacer actividad física fuera del agua, las caídas y golpes e impactos también se eliminan con los ejercicios acuáticos.
Como no se utilizan pesos, hay pocas posibilidades de que se produzcan daños por sobrecarga y los dolores musculares por el entrenamiento suelen ser significativamente menores.
Por lo tanto, no es de extrañar que las actividades acuáticas estén entre las primeras que se sugieren para quienes tienen problemas biomecánicos a largo plazo. Cuando se realizan en piscinas climatizadas con agua de entre 33° y 36 °C, son extremadamente ventajosas e incluso ayudan a aliviar la tensión del día a día.
Esto sucede porque el agua tibia ayuda a tonificar los músculos y permite que el ácido láctico no se acumule, lo cual es la causa principal de los dolores tras el ejercicio.
Es divertido y ayuda a socializar
Hay que aceptarlo: entrar a una alberca es algo que fascina a niños y adultos. Los ejercicios acuáticos son una manera de divertirse mientras se hace entrenamiento físico.
Igualmente, las sesiones de estos entrenamientos suelen ser para grupos de personas, lo cual facilita el conocer gente nueva y entablar relaciones sociales.
Para mucha gente esto es un agregado en ventajas, pues les parece aburrido ir al gimnasio estando solos. En cambio, de esta manera, se hace como un plan para socializar y como distracción.
Quema calorías
Esta es la mejor manera para perder calorías cuando no se siente afición por las máquinas, los aeróbicos y los deportes sobre tierra.
Nadar media hora representa, en promedio, que se pueden quemar 370 calorías. Aunque si es una actividad más intensa como el estilo mariposa, la cantidad puede aumentar a 690 calorías.