Foto lapse de carretera

La revolución del transporte que sigue en marcha

Mucho se está oyendo hablar de las smart cities o de las carreteras inteligentes y, en el fondo, siendo sinceros, deberían ser el siguiente paso a esa hiperconexión 24/7 a la que hoy en día se vive.

Desde que comenzara a hacerse uso de internet a nivel doméstico a finales del pasado siglo y, más aún, desde que hace una década pasara a ser de uso itinerante gracias a los dispositivos móviles y los llamados smartphones, la evolución tecnológica a la que se ha ido adaptando la sociedad ha sido de vértigo.

“Pocas veces en la historia el hombre ha tenido que adaptarse tan rápido a cambios tan radicales en su forma de comunicación, interacción y, sobre todo, a sus hábitos” explican algunos expertos.

Y estos cambios, que han llegado al día a día, también han llegado de forma directa en las operativas de las empresas.

Se ha notado, sobre todo, su importancia, en el ámbito de la cadena de suministro.

Desde las empresas de transporte han hecho un esfuerzo ingente por adaptar sus procesos y rutas apostando por el uso de avances como el software de seguimiento de activos que permite a las compañías monitorizar dónde están los vehículos, pero también agilizar todos los procesos administrativos gracias a la conexión y al internet of things o, incluso, a la seguridad gracias a la grabación en momentos puntuales y almacenaje de imágenes en la nube.

Hoy en día, si se quiere, se conecta todo. Desde la necesidad hasta la gestión del pedido pasando por el transporte y entrega. “Está claro que vamos hacia un smart world, un punto en el que la inteligencia artificial facilitarán y, sobre todo, agilizará los procesos más básicos para que el hombre incluso pueda desentenderse. Si la nevera autorizada hiciera el pedido, tan solo habría que esperar a que la logística y el transporte se coordinaran para llevarlo hasta la puerta de casa. Es el siguiente paso en el ecommerce” explican desde empresas especializadas.

Pero es quizá, en el transporte, donde mayores cambios se irán viendo en los próximos años y que se sumarán a los que ya han ido sufriendo. Más pronto que tarde se hablará de vehículos que se interconecten con las carreteras y que, además, tendrán cierta autonomía. Además, están buscándose alternativas más sostenibles de combustible que, auspiciados por ejemplo por las smart roads, podrían incluso ir recargando las baterías sobre la marcha gracias a la investigación en asfaltos inteligentes que no solo se autoreparan sino que permitirían contar con una carga que iría directa a los vehículos.

Aunque actualmente esto suena a ciencia ficción, lo cierto es que también sonaba así en los años 80 el uso del móvil extensivo. Y hoy en día, ¿quién no tiene un dispositivo que se conecte a la red y que permita hacer compras en cualquier ecommerce del mundo a cualquier hora?

“Aplicar los avances a la seguridad, sostenibilidad y agilidad de la cadena de suministro va a ser clave para garantizar el buen uso de los recursos. De hecho, ya son muchos los que quieren apostar por este tipo de conexiones que ahorraría a las empresas y particulares tiempo y dinero” comentan.

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